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lunes, 29 de junio de 2009

Breve Recuento de la "Liberación Gay". Parte 1

Muchos autores coinciden en que la "normalización de la homosexualidad" creció a un ritmo tan grande en tan poco tiempo en la sociedad (poco menos de 40 años), que practicamente se considera que dicho grupo minoritario logró más aceptación y más tolerancia en tan poco tiempo comparado con otros grupos y otras causas (por ejemplo, la aceptación de la equidad de género crece a un ritmo pausado, a veces lento, todavía en muchos países del mundo). Lo anterior resulta muy sorprendente porque la única época de la historia en la que los homosexuales gozaron de mucho respeto y tolerancia fue en la era de los griegos (lo cuál no significa que estuviesen completamente libres del fantasma del machismo y la homofobia), de ahí en delante todo fue lo mismo en casi todas partes: leyes contra la sodomía, gays quemados en la hoguera, gays en la cárcel, gays en los manicomios, panfletos homofóbicos, etc. Solo unos cuantos valientes se atrevían a desafiar, con algo de temor justificable, el ambiente homófobo de los siglos anteriores a la segunda mitad del siglo XX, como el periodista germano-húngaro Karl Maria Kertbeny, quién en el año de 1868 creo y acuñó por primera vez el término "homosexualidad" en una carta dirigida al sexólogo alemán Karl Heinrich Ulrich, y la cual empleó de nuevo en 1869 cuando distribuyó en forma anónima un folleto donde se posicionaba en contra de la Ley Prusiana Contra la Sodomía, que criminalizaba actos entre personas del mismo sexo privados y consensuados.

Fue a finales del siglo XIX cuando la ciencia médica, particularmente la psiquiatría, patologizó formalmente la homosexualidad, agregando así un adjetivo defectivo más al homosexual: aparte de criminal y pecador, enfermo; dicha concepción patoligizante de la homosexualidad duró hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX; en dicho período a los homosexuales se les confinaba a los manicomios donde se les practicaba lobotomías (que los dejaban prácticamente inertes), se les daba terapia de electroshocks, a otros grandes cantidades de antipsicóticos y a otros más se les daban cantidades tan grandes de andrógenos que muchos desarrollaron cáncer testicular. Por lo tanto, muchos homosexuales nacidos antes de la década de 1980 tuvieron la desventaja de haber absorbido las viejas concepciones sobre la homosexualidad, a ellos fue a los que les tocó vivir todavía épocas muy duras: en aquél entonces los heterosexuales casi no conocían a alguna persona abiertamente gay, lo muy poco que sabían sobre los homosexuales correspondía más al prejuicio que a la realidad; en ese entonces las anécdotas y películas circulantes sobre los homosexuales a menudo los presentaban como gente enferma, desdichada, que casi siempre terminaba suicidándose. Pocos eran los profesionales de la salud interesados en el tema de la homosexualidad, y esos pocos, como mencioné anteriormente, estaban muy preocupados por "curarla" con las formas más atroces; no contaban con las herramientas (ni la racionalidad) necesarias para detectar, e incluso estudiar, a homosexuales sanos.

Los mismos homosexuales de ese entonces vivían su orientación sexual como si fuera una patología sin poder informarse al respecto, sin entenderla, y prácticamente sin poder compartirla (en aquél entonces los homosexuales no tenían formas de comunicarse entre sí, de saber quién era o no era gay). Vivían con una severa homofobia internalizada que permeaba su autoimagen, vivían en la clandestinidad, con muy pocas posibilidades de conocerse entre ellos. Dichas razones eran la respuesta a la pregunta ¿por qué sus relaciones eran tan superficiales y precarias, y por qué estaban tan solos?.

Pero en la década de los años 60´s todo dió un giro de 360 grados para la comunidad gay. Fue en esa década donde ocurrió un sin fin de manifestaciones, entre las que se cuentan las protestas estudiantiles, el movimiento hippy y la revolución sexual, en esta última también se vendría la "liberación gay". Stonewall Inn, un bar que en aquél entonces era controlado por la mafia estadounidense y conocido popularmente por ser un punto de concentración del sector más marginado de la comunidad gay (travestis, transexuales, jóvenes homosexuales afeminados, chicos sexoservidores y personas sin hogar), era un punto muy asiduo de redadas policiales, que en la década de los 60´s eran bastante frecuentes; sin embargo, la noche del 28 de Junio de 1969, hartos del maltrato policial, los comensales de Stonewall Inn iniciaron un disturbio, se dice que encerrados dentro de dicho bar, lanzaban desde las ventanas a los policías de todo, incluso tacones. La policía neoyorquina había perdido de tal manera el control de la situación que en cuestión de horas al disturbio de Stonewall ya se le habían sumado varios residentes de Greenwich Village, una muchedumbre que siguió protestando la siguiente tarde, y varias noches después. Luego del incidente, se crearon dos organizaciones por los derechos de los homosexuales y tres periódicos que promovían los mismos; más tarde el mundo seguiría el ejemplo y crearía sus propias organizaciones de defensa de los derechos de los homosexuales. Y, el 28 de Junio de 1970, tuvo lugar la Primera Marcha del Orgullo Gay en Nueva York y Los Ángeles, para conmemorar y recordar la rebelión de Stonewall.

Luego, ocurrió lo inesperado. En 1973, después de realizar varios tests psicológicos durante varios años a personas homosexuales para analizar el estado de su salud mental, la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó de su Manual Estadístico de Enfermedades Mentales (DSM) la homosexualidad , dandolé fin a un largo historial de prejuicio y negligencia médica en contra de los homosexuales; en 1975 la Asociación Americana de Psiquiatría siguió la misma ruta que la asociación homóloga en psiquiatría: despatologizó la homosexualidad. Lo cual, por supuesto, fue un alivio para las personas homosexuales.

Luego se sucitaron varios acontecimientos liberadores. Harvey Milk, uno de los primeros activistas por los derechos de los homosexuales, libró una doble batalla: lograr atraer la mayor cantidad de votos para ser concejal de su distrito en el estado de California y a su vez encarar a los aliados de Anita Bryant (la cantante homófoba que iba a la par con cristianos fundamentalistas) para echar por tierra su ambicioso cometido: de que la proposición 6, que prohibía a los maestros que fueran homosexuales enseñar en las escuelas públicas, se estableciera en el estado de California.

Todo indicaba que aparentemente las cosas para la comunidad gay iban a mejorar mucho, incluso buena parte de las personas en la década de los 70´s ya no creían que los homosexuales (si bien todavía no los aceptaban del todo bien) fueran una amenaza para la nación americana. Pero, en 1981, cuando todo parecía que marchaba bien, a la comunidad gay le volvió a llover sobre mojado: llegó la era del VIH/SIDA.

Continuará...

4 comentarios:

  1. La verdad es que el camino no ha sido nada fácil, sino todo lo contrario. Se han tenido que romper muchas barreras que toda la sociedad nos ponía delante. Yo creo que el ser humano cuando se encuentra con una "diferencia", lo primero que hace es buscarle una solución a ese problema "mental", que para nada existe.

    Poco a poco iremos consiguiendo la aceptación total.

    Un besito cielo

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  2. Ha sido - y es - una dura lucha, pero yo creo que los años más oscurantistas ya pasaron, al menos en una parte del mundo, porque en otros paises están todavia a años luz de nosotros.

    Lo que me da pena es la cantidad de gente que se quedó en el camino, y no han podido disfrutar de la libertad que en paises como España tenemos.

    Un saludo Quique y feliz semana del orgullo. Saludos Alex, cuidate tu tambien.

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  3. La segunda parte es algo extensa, por eso la publicaré mañana :-)

    Saludos chicos!

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  4. Hola precioso Quique.
    Esta es una cordial invitación para participar en la convocatoria que he lanzado a través de mi post JULIO: Mes de la Identidad Cultural.
    Espero puedas participar.
    Por favor envíame un correo a george.isc@gmail.com para hacerte llegar la invitación personal.
    Besos

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